19 de julio de 2010



Tras ochenta y muchos años ya lo ha visto casi todo, y si no es así no quiere ver más, solo desea que uno de esos múltiples atardeceres que ha presenciado sea por fin su ultimo atardecer. Porque ya no le quedan fuerzas para luchar, ya hace tiempo que no tiene motivos para seguir luchando. Desde que ella le dejo, no encuentra sentido a ver amanecer ¿Para qué? ¿Para pasar un día más sin ella? Eso no es vida, ella lo era todo y ahora se encuentra solo. ¿Qué sentido tiene ver atardecer si no puedes alternar la visión crepuscular con el brillo de sus ojos? Es cierto que ha vivido mucho, que se puede considerar un afortunado, pues ha disfrutado durante 60 años de un amor de verdad, pero el problema es que ahora ya no concibe una vida solo. Con los ojos vidriosos mira como el sol cae y se oculta tras el horizonte, y entre los claro oscuros que le regala la estampa veraniega le parece oír una voz cálida y familiar que le dice: Aunque no esté a tu lado estoy junto a ti, cuidando de ti, queriéndote, esperándote. No desesperes, pues prometí estar contigo hasta que la muerte nos separe y mucho más allá, y cumpliré mi promesa porque una vida es demasiado poco contigo. Te anhelo, te extraño, te espero.
Siempre contigo

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