18 de agosto de 2011

Acércate.


Acércate. Venga vamos acércate. No tengas miedo. Eso es. Despacio. Con calma, pero segura. Deja que te acaricie, que te roce con mis uñas. Despacio. Poniéndote el bello de punta. Acércate y rózame ligeramente. Sin prisa pero sin pausa. Vete desabrochando los botones de mi camisa mientras me acerco a tu cuello. Quéjate en un susurro. Recorre mis hombros mientras observas mi torso. Deja que juegue con la goma del tirante del sujetador. Sufre la falta de intimidad cuando te mire a los ojos con todas las intenciones. Permite que te levante la camiseta. Despacio. Rozando cada milímetro de tu cuerpo hasta que te la quite. Acércate más si cabe. Siente tu piel contra mi piel. Tus latidos con mis latidos. Nuestra única respiración. Déjate llevar por la tentación. No pienses. Solo siente. Empújame hasta la cama. Ponte encima cual felina. Házmelo pasar mal. Sedúceme con tus susurros al oído. Deja que juegue con tu pelo. Desnúdame y deja que te desnude. Gira conmigo de lado a lado de la cama. Acércate hasta que no quepa ni el aire. Tócame. Suspira. Pierde el control de ti misma. Deja que te domine, que te agarre las muñecas por encima de la cabeza y te bese lentamente por los brazos. Cómeme mi boca. Permíteme ir despacio, saboreando el sabor de tu cuerpo. Siente mis músculos en tensión. Agárrame con las piernas y apriétame hacia dentro de ti. Piérdete entre el nudo de brazos, piernas y dedos jugando. Disfruta el clamoroso silencio. Ponme los pelos de punta. Acércate más. Haz lo que desees hacer. Sin tapujos. Sin tabúes. Sin represión. Suéltate y desbócame. Acelera el ritmo. Las pulsaciones. Los gemidos. Únete a mi lengua. Aráñame la espalda. Deshazme. Revuélcame. Piérdete. Olvídalo todo. No hay un antes. Ni un después. Solo un ahora, medido por segundos. Mueve la cadera, despacio. Deja que haga lo propio. Trasládame al paraíso. Hazme tuyo. Vuela conmigo. Grita. Agárrate fuerte…
Ahora recupera el aliento. Acércate a mi pecho. Observa los estragos que has causado. Ríete. Llora si es preciso. Suspira. Relaja. Disfruta del sabor de la verdadera felicidad.

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