12 de diciembre de 2010

Toda mi ropa huele a cuando estabas.
Sería al abrazarte -no lo entiendo- o que estuviste cerca y se quedó prendido.
Si arrimo mi nariz al hombro o a la manga,te respiro.
Al ponerme la chaqueta, en la solapa, y en el cuello de un jersey que no abriga.
Aroma de placer, de feromonas, de recostarme en ti mientras dormías.
Por mucho que la lave, mi ropa lo conserva: es un perfume dulce que me alivia
como vestir mi carne con tu piel. Y está durando más que mi recuerdo.
Tu rostro en mi memoria se disipa,casi puedo decir que he olvidado tu cuerpo
y sigo respirándote en las prendas que, al tiempo que me visten, te desnudan.
Pero la ropa es mía. De tanto olerte en mí, tu olor es mío.


Leopoldo Alas – Mi olor a ti

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