29 de enero de 2012

volar


Volar es quizás aquello que más ansío. Volar físicamente y metafóricamente. Descubrir nuevos horizontes, vivir nuevas aventuras, ver aquellas pobres almas sin ilusión desde arriba. Tocar las nubes, sentir la brisa en mi cara mientras asciendo de tu mano. Volar a otros tiempos, a otros lugaes fantásticos, mágicos. Volar a encontrarme con nuestro futuro, a alcanzar nuestros sueños y metas, en busca de un lugar llamado hogar, aunque sea pequeño, pero que sea nuestro.
Volar, y hacer lo que desee, que si quiero verte, solo tenga que recorrer un pasillo, que si quiero dormir contigo solo tenga que esperarte en la cama,
Volar y, aunque sea romper las normas de este juego, crecer. Asumir responsabilidades, deberes, riesgos, pero siempre con el alma de un niño claro está. Volar contra el viento si fuera necesario, para llegar a tus brazos, a ese lugar donde no hay maldad, solo cuentos e historias de hadas y niños que se juran amor eterno.
Deseo volar más allá de tus sueños para poder alcanzar lo que ansías y servírtelo en bandeja.
Deseo ser libre para poder hacerte felíz siempre, a cada instante, conviertiendote en la princesa que llevas dentro.
Solo quiero volar para ser realmente el Peter Pan que te haga sentir una verdadera campanilla.
Te amo

Te doy mi corazón


Amor mío has de saber que hace tiempo, aunque tú no lo sabes, decidí entregarte mi amor incondicional. No te puedo decir en que exacto momento, quizás fue en una sonrisa o en una caricia, quizás fue mientras te veía dormir, o mientras simplemente paseábamos de la mano por cualquier rincón del mundo.

El caso es que en un acto sin precedentes decidí dártelo todo, entregarme sin reparos y sin condiciones, y así fue. Quise que fueses tú la persona depositaria de mis ilusiones, la verdadera beneficiaria del ínfimo legado que te dejo en herencia: Mi amor.

Sé que no es mucho, no son millones, ni propiedades, ni un trabajo fijo… sé que es algo efímero, incontable e intocable. Es aquello que en los días buenos sientes a tu alrededor como una cosa natural y en los malos no aparece por mucho que lo busques.

Podría haberte regalado algo físico, pero quise que fuera lo más importante que podía darte, porque tú me abriste tus manos y tu confianza y yo quise arriesgarme por una vez en la vida y lanzarme a la piscina sin antes comprobar si quiera si estaba llena.

Es una apuesta complicada, y sé que si sale mal habré perdido mucho, y que quizás no vuelva a ser el mismo. Pero no quería medias tintas en esta relación, decidí jugármela a una carta y hacer una apuesta ciega por ti y por nosotros. La única forma era entregarme sin condiciones, abrirme el pecho de par en par y que ese fuera tu hogar, tu almohada, tu refugio.

No siempre es fácil cumplir mi promesa, pero sigo empeñado en que seas tú quien custodie mis sentimientos, pese a las dudas o los contratiempos. No puedo pensar que haya alguien mejor que tú ni más capacitada para hacerlo.

Y por ello te repito que ahora lo eres todo para mí, y no concibo mi propia existencia sin tu presencia, y cueste lo que cueste lucharé por mantenerte a mi lado, allá donde vayas, desees lo que desees, pienses lo que pienses, quiero ser la única persona que te haga el amor de aquí al resto de tu vida, el único que reciba tus miradas, tus mimos. A cambio solo te pido y deseo que tú lleves por siempre, en forma de dedal, de sentimiento, de anillo, de sonrisa, mi corazón como equipaje.

24 de enero de 2012

Mirando hacia arriba


Hace tiempo caminaba con la vista siempre al suelo, cara apagada, mirada perdida... Pero algo ha cambiado. Desde hace tiempo miro hacia arriba. Y con eso no quiero decir que mire al frente, qué va, miro hacia los balcones de las casa, buscando cual de ellos luce ese cartel que inicia el desarrollo de mis sueños y fantasías. Ese cartel cuadrado y de color llamativo que luce en letras mayusculas y en negrita "SE ALQUILA" seguido de un número de teléfono. Es cartel es la puerta para comenzar a imaginar castillos, que quizás algún día aterricen de una vez, y comienzo a elucubrar cómo será por dentro, sí es un buen barrio, e incluso cómo serán los vecinos.Puedo imaginarme, escenas domésticas que añoro sin haber vivido nunca,la música que emanará de sus ventanas cuando la habitemos, o los cuadros que adornarán su gotelé. Sin embargo me es indiferente cual es el precio o las formas de pago, para eso ya habrá tiempo, y a penas recalo si las ventanas dan al norte o al sur, porque sé que dé a donde dé, desde nuestra casa se verá Nunca Jamás.
Apenas recuerdo porqué no miraba antes hacia arriba, lo que sí sé es porqué lo hago ahora: Gracias a tí.

16 de enero de 2012


Ella te echará tanto de menos que le dolerá.
Te echará de menos por la mañana, por la tarde, y hasta de madrugada cuando esté dormida.
Echará de menos tus besos, tus abrazos, y por supuesto el sonido de tu risa; es la canción que más le gusta. Tus llamadas y los "te quiero" ya no se escucharán. Y su cama se hará demasiado grande cuando tu no estés.Te echará de menos, pero comprenderá perfectamente que no estés ahí.sin embargo, estarás todo el día en su cabeza.


...Y esto es lo que me pasa cuando te vas, cuando me voy.

20 de diciembre de 2011

Donde poder se tú y yo

Yo solo quiero vivir contigo en nuestro refugio. En ese sitio donde los problemas pasan por delante de la puerta, y los pocos que se quedan se solucionan cara a cara. Allí donde las malas rachas se curan con cama, donde las paces no se firman, se besan, o se abrazan. Solo quiero verte allí donde sea que nos toque compartir la vida, pero verte a diario, sentir tu roce, oírte reír, o quejar. Solo quiero la tranquilidad de despertarme a tu lado y verte profundamente dormida, sin preocupaciones, porque el grandullón que duerme a tu lado hace las funciones de atrapa sueños. Te quiero a ti con manta y sillón, en aquellos metros cuadrados donde la vida sabe diferente, donde los sueños se cumplen, donde… donde podemos ser tu y yo.

18 de diciembre de 2011

Perfecta imperfección


Yo solo quiero quererte cada día, despacio, sin prisas, con la calma que tiene el que sabe que aún le queda mucho por vivir. Solo quiero hacer de los momentos malos, puntos de aprendizaje, y de los buenos, puntos de referencia. Quiero instruirme en el arte de convivir, de compartir, de ceder, a base de errores y escarmientos. Quiero un voto de confianza por cada vez que me equivoco, y una mano amiga que me levante cuando esté abajo. Quiero una verdad. Quiero la tranquilidad que otorga saberte cerca. Necesito tus ojos al despertar, y tu caricia al acostarme. Tus palabras sabias regañándome si es preciso, o arengándome si tengo dudas, porque dudar es humano y seguro que las tendré.
No podré vivir sin tu fantasía, sin aquellas historias que me hagan sentir especial, sin la originalidad de quién se esfuerza en crear algo diferente. Necesito la normalidad que implica lavarnos los dientes juntos, o prepara la cena mano a mano. Quiero la estabilidad y la constancia que tus actos implican, la seguridad de saberme querido, la responsabilidad que conlleva querer.
Indispensable será el riesgo de hacer cosas sin saber a ciencia cierta el resultado, el sacrificio de que supone el apostarlo todo a una carta. Quiero ser el primero en escucharte y ser escuchado. Quiero ser tu ilusión, tu motivo, tus ganas de ser mejor. Quiero que seas mi realidad. Necesito nuestra constancia, nuestro esfuerzo, nuestro empeño.
Quiero tus sonrisas y tus lágrimas, tus alegrías y disgustos. Quiero ser quién mejor te conozca, pensar en ti en cada momento, conocer tu cuerpo por milímetros y ubicar cada lunar y cada marca que él tiene. Deseo disfrutar de todos aquellos movimientos inconscientes que delatan tus pensamientos y ser el mejor intérprete de tus gestos y miradas.
Necesito momentos íntimos cargados de sensibilidad, de erotismo, de ternura, de pasión. Quiero tus manías y temores, tus gustos y pasiones. Me apetece acompañarte al mercado, a dar un paseo, al Prado, al campo. Busco que entiendas mis aspiraciones, y compartas mis sueños, que convivas con mi música. Quiero considerarme de familiar directo tuyo y actuar con tal, y a su vez, ser ese amigo casi desconocido a quién le contarías cualquier secreto. Quiero ser la voz que te tranquilice, el motivo de tus preocupaciones, discordia en ciertas opiniones, concordia en sentimientos. Deseo ser tu amante, tu psicólogo, tu manager, tu bastón. Quiero ser la pieza de tu puzzle, tu equipo en la vida, tu contrincante en ese rin llamado cama. Necesito ser lo que sueñas mientras duermo a tu lado.


No es tan difícil, solo quiero ser la perfecta imperfección que te acompañe en cada etapa de tu vida, quiero ser el Yo que yo soy, mezclado con el Yo que tú eres.
Me conformo con ser parte de tu vida y que tú seas toda la mía.

13 de diciembre de 2011


Toda mi ropa huele a cuando estabas.
Sería al abrazarte -no lo entiendo-
o que estuviste cerca y se quedó prendido.
Si arrimo mi nariz al hombro o a la manga,
te respiro.
Al ponerme la chaqueta, en la solapa,
y en el cuello de un jersey que no abriga.
Aroma de placer, de feromonas,
de recostarme en ti mientras dormías.
Por mucho que la lave, mi ropa lo conserva:
es un perfume dulce que me alivia
como vestir mi carne con tu piel.
Y está durando más que mi recuerdo.
Tu rostro en mi memoria se disipa,
casi puedo decir que he olvidado tu cuerpo
y sigo respirándote en las prendas
que, al tiempo que me visten, te desnudan.
Pero la ropa es mía.
De tanto olerte en mí, tu olor es mío.


Leopoldo Alas – Mi olor a ti (fragmento), La posesión del miedo