Respirar tranquilo y ver que todo está en su sitio, que todo funciona. Parece todo tan genial que se asemeja a un sueño pero, día tras día, al despertarse el día le devuelve una visión inapelable que le indica que es cierto, que todo aquello que un día fue un bonito sueño, ahora es una increíble realidad.
Respirar y ver que es cierto, que nada se ha movido, la casa, los adornos, su espléndido Golden, su preciosa chica. A veces duda de que aquella época de sueños, en la que la realidad era bien distinta, ocurriese de verdad. Pero los recuerdos le advierten de que sí lo fue, un episodio difícil de su vida, donde los sueños eran sueños únicamente, y solo de vez en cuando se cumplían.
Hoy sus anhelos son otros, no menos importantes, pero sí más llevaderos, porque los comparte, como la cama y las comidas, y eso es lo que siempre había deseado. Ahora no está solo, tiene alguien con quién luchar y por quien luchar, quizás no es muy ambicioso, pero es lo que él deseaba, el resto era y es secundario e irá llegando.
Todo lo que se puede soñar se puede lograr, o eso dicen, así que qué prisa tiene. Él es una fábrica de ideales y sueños por sí mismo, y cuenta con un fértil hogar donde cultivarlos, por lo que solo le queda esperar a que empiecen a crecer y dar frutos, que visto lo visto por su propia experiencia, si se persevera se consigue.
Mientras tanto a seguir disfrutando de los éxitos de aquellos sueños, hoy cumplidos en una verdad tangible que respira, y que le mira desde el otro lado de la mesa con una sonrisa cómplice.
"Conoces ese lugar que se encuentra a medio camino entre la vigilia y el sueño, pues ahí es donde te amaré siempre" En ese lugar te encuentras lector, no obligamos aque te quedes, pero si deseas hacerlo estaremos encantados de que nos acompañes en nuestro camino. ¿Preparado? Pues polvo de Hada y A VOLAR!!!!!
13 de abril de 2012
14 de febrero de 2012
Nadie como tu sabe tanto de mi
nadie como tu es capaz de compartir
mis penas, mi tristeza, mis ganas de vivir
tienes ese don de dar tranquilidad
de saber escuchar, de envolverme en paz.
Tienes la virtud de hacerme olvidar
el miedo que me da mirar la oscuridad.
Solamente tu lo puedes entender
y solamente tu te lo podras creer.
Gracias Pedro.
nadie como tu es capaz de compartir
mis penas, mi tristeza, mis ganas de vivir
tienes ese don de dar tranquilidad
de saber escuchar, de envolverme en paz.
Tienes la virtud de hacerme olvidar
el miedo que me da mirar la oscuridad.
Solamente tu lo puedes entender
y solamente tu te lo podras creer.
Gracias Pedro.
2 de febrero de 2012
Tu espalda
Las primeras luces del alba entran por la ventana. Todo se ve con una textura que me hace dudar si es la realidad o es parte aún de mi sueño. Me doy la vuelta lentamente, procurando no hacer mucho ruido, ni moverme mucho.
Por fin te encuentro, allí a mi lado, muy cerca de mí, más de lo que siempre desee, pero menos de lo que me gustaría ahora mismo. Allí estás, tumbada boca abajo, luciendo esa espalda estilizada y bonita, que con la luz que entra hubiera sido irresistible para cualquier fotógrafo que se precie.
Del edredón color azul claro, que te cubre hasta la cintura, se escapa un cachito de pierna, que te hace adorablemente irresistible. Sí, estás de película, pero lo mejor es que esta pose casual es solo para mí, ni siquiera tú recordarás esta visión, porque no es premeditada, y por mucho que te la quiera describir, nunca podré hacerte entender los sentimientos encontrados que en mi produces: atracción, amor, pasión, ganas de cuidarte, felicidad, tranquilidad, sueños, realidad.
Me incorporo lentamente, para no despertarte, y me apoyo contra la pared para observarte desde arriba. Emanas paz, sosiego, relajación, satisfacción. Te rozo levemente con la yema de los dedos, recorriéndote desde la cintura hasta la nuca, por ese hueco que divide tu espalda a la mitad, para finalmente acariciarte el cabello.
Ronroneas, medio en sueños medio despierta, haciéndome ver que te gusta, y que puedo seguir, mientras te acurrucas de nuevo contra la almohada. El roce de mis dedos contra mi piél despiertan recuerdos de la noche anterior, ecos de placer que aún golpean contra mi mente, y generan una sensación indescriptible en mi estómago.
Te miro, mientras uno con líneas imaginarias los lunares de tu espalda. Me acerco a tu oído, y con palabras casi inaudibles te susurro “Eres mi sueño, no te vayas nunca”.
Después vuelvo a ocupar mi posición, aquella que tanto nos gusta, abrazándote por detrás, sintiéndonos piel con piel,siendo un solo elemento, atrayéndote hacia mí, protegiéndote de los malos sueños, ordenando tus pensamientos.
Me da igual a qué hora haya que levantarse, yo solo pido que nunca me despierten de este sueño contigo.
Por fin te encuentro, allí a mi lado, muy cerca de mí, más de lo que siempre desee, pero menos de lo que me gustaría ahora mismo. Allí estás, tumbada boca abajo, luciendo esa espalda estilizada y bonita, que con la luz que entra hubiera sido irresistible para cualquier fotógrafo que se precie.
Del edredón color azul claro, que te cubre hasta la cintura, se escapa un cachito de pierna, que te hace adorablemente irresistible. Sí, estás de película, pero lo mejor es que esta pose casual es solo para mí, ni siquiera tú recordarás esta visión, porque no es premeditada, y por mucho que te la quiera describir, nunca podré hacerte entender los sentimientos encontrados que en mi produces: atracción, amor, pasión, ganas de cuidarte, felicidad, tranquilidad, sueños, realidad.
Me incorporo lentamente, para no despertarte, y me apoyo contra la pared para observarte desde arriba. Emanas paz, sosiego, relajación, satisfacción. Te rozo levemente con la yema de los dedos, recorriéndote desde la cintura hasta la nuca, por ese hueco que divide tu espalda a la mitad, para finalmente acariciarte el cabello.
Ronroneas, medio en sueños medio despierta, haciéndome ver que te gusta, y que puedo seguir, mientras te acurrucas de nuevo contra la almohada. El roce de mis dedos contra mi piél despiertan recuerdos de la noche anterior, ecos de placer que aún golpean contra mi mente, y generan una sensación indescriptible en mi estómago.
Te miro, mientras uno con líneas imaginarias los lunares de tu espalda. Me acerco a tu oído, y con palabras casi inaudibles te susurro “Eres mi sueño, no te vayas nunca”.
Después vuelvo a ocupar mi posición, aquella que tanto nos gusta, abrazándote por detrás, sintiéndonos piel con piel,siendo un solo elemento, atrayéndote hacia mí, protegiéndote de los malos sueños, ordenando tus pensamientos.
Me da igual a qué hora haya que levantarse, yo solo pido que nunca me despierten de este sueño contigo.
29 de enero de 2012
volar

Volar es quizás aquello que más ansío. Volar físicamente y metafóricamente. Descubrir nuevos horizontes, vivir nuevas aventuras, ver aquellas pobres almas sin ilusión desde arriba. Tocar las nubes, sentir la brisa en mi cara mientras asciendo de tu mano. Volar a otros tiempos, a otros lugaes fantásticos, mágicos. Volar a encontrarme con nuestro futuro, a alcanzar nuestros sueños y metas, en busca de un lugar llamado hogar, aunque sea pequeño, pero que sea nuestro.
Volar, y hacer lo que desee, que si quiero verte, solo tenga que recorrer un pasillo, que si quiero dormir contigo solo tenga que esperarte en la cama,
Volar y, aunque sea romper las normas de este juego, crecer. Asumir responsabilidades, deberes, riesgos, pero siempre con el alma de un niño claro está. Volar contra el viento si fuera necesario, para llegar a tus brazos, a ese lugar donde no hay maldad, solo cuentos e historias de hadas y niños que se juran amor eterno.
Deseo volar más allá de tus sueños para poder alcanzar lo que ansías y servírtelo en bandeja.
Deseo ser libre para poder hacerte felíz siempre, a cada instante, conviertiendote en la princesa que llevas dentro.
Solo quiero volar para ser realmente el Peter Pan que te haga sentir una verdadera campanilla.
Te amo
Te doy mi corazón

Amor mío has de saber que hace tiempo, aunque tú no lo sabes, decidí entregarte mi amor incondicional. No te puedo decir en que exacto momento, quizás fue en una sonrisa o en una caricia, quizás fue mientras te veía dormir, o mientras simplemente paseábamos de la mano por cualquier rincón del mundo.
El caso es que en un acto sin precedentes decidí dártelo todo, entregarme sin reparos y sin condiciones, y así fue. Quise que fueses tú la persona depositaria de mis ilusiones, la verdadera beneficiaria del ínfimo legado que te dejo en herencia: Mi amor.
Sé que no es mucho, no son millones, ni propiedades, ni un trabajo fijo… sé que es algo efímero, incontable e intocable. Es aquello que en los días buenos sientes a tu alrededor como una cosa natural y en los malos no aparece por mucho que lo busques.
Podría haberte regalado algo físico, pero quise que fuera lo más importante que podía darte, porque tú me abriste tus manos y tu confianza y yo quise arriesgarme por una vez en la vida y lanzarme a la piscina sin antes comprobar si quiera si estaba llena.
Es una apuesta complicada, y sé que si sale mal habré perdido mucho, y que quizás no vuelva a ser el mismo. Pero no quería medias tintas en esta relación, decidí jugármela a una carta y hacer una apuesta ciega por ti y por nosotros. La única forma era entregarme sin condiciones, abrirme el pecho de par en par y que ese fuera tu hogar, tu almohada, tu refugio.
No siempre es fácil cumplir mi promesa, pero sigo empeñado en que seas tú quien custodie mis sentimientos, pese a las dudas o los contratiempos. No puedo pensar que haya alguien mejor que tú ni más capacitada para hacerlo.
Y por ello te repito que ahora lo eres todo para mí, y no concibo mi propia existencia sin tu presencia, y cueste lo que cueste lucharé por mantenerte a mi lado, allá donde vayas, desees lo que desees, pienses lo que pienses, quiero ser la única persona que te haga el amor de aquí al resto de tu vida, el único que reciba tus miradas, tus mimos. A cambio solo te pido y deseo que tú lleves por siempre, en forma de dedal, de sentimiento, de anillo, de sonrisa, mi corazón como equipaje.
24 de enero de 2012
Mirando hacia arriba

Hace tiempo caminaba con la vista siempre al suelo, cara apagada, mirada perdida... Pero algo ha cambiado. Desde hace tiempo miro hacia arriba. Y con eso no quiero decir que mire al frente, qué va, miro hacia los balcones de las casa, buscando cual de ellos luce ese cartel que inicia el desarrollo de mis sueños y fantasías. Ese cartel cuadrado y de color llamativo que luce en letras mayusculas y en negrita "SE ALQUILA" seguido de un número de teléfono. Es cartel es la puerta para comenzar a imaginar castillos, que quizás algún día aterricen de una vez, y comienzo a elucubrar cómo será por dentro, sí es un buen barrio, e incluso cómo serán los vecinos.Puedo imaginarme, escenas domésticas que añoro sin haber vivido nunca,la música que emanará de sus ventanas cuando la habitemos, o los cuadros que adornarán su gotelé. Sin embargo me es indiferente cual es el precio o las formas de pago, para eso ya habrá tiempo, y a penas recalo si las ventanas dan al norte o al sur, porque sé que dé a donde dé, desde nuestra casa se verá Nunca Jamás.
Apenas recuerdo porqué no miraba antes hacia arriba, lo que sí sé es porqué lo hago ahora: Gracias a tí.
16 de enero de 2012

Ella te echará tanto de menos que le dolerá.
Te echará de menos por la mañana, por la tarde, y hasta de madrugada cuando esté dormida.
Echará de menos tus besos, tus abrazos, y por supuesto el sonido de tu risa; es la canción que más le gusta. Tus llamadas y los "te quiero" ya no se escucharán. Y su cama se hará demasiado grande cuando tu no estés.Te echará de menos, pero comprenderá perfectamente que no estés ahí.sin embargo, estarás todo el día en su cabeza.
...Y esto es lo que me pasa cuando te vas, cuando me voy.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)