Prefiero no hacer balance, no pararme a pensar en cómo están las cosas. Prefiero seguir mi camino, sin más, con mis muchos días malos y mis pocos días buenos, pero sin pararme a pensar en cómo ni en por qué. En cuándo ni en qué hacer para cambiarlo. Y es que las cosas se escapan de mi alcance, no puedo controlarlo todo, ni a todos…
No hay comentarios:
Publicar un comentario