12 de noviembre de 2010

Dios de la Primavera y Diosa del Otoño

A lo largo de toda la historia se repite una constante: La creencia en el equilibrio. Todo sale bien porque existe un equilibrio necesario.El mundo es tan perfecto porque tenemos un equilibrio. Muchas veces esa compensación la encontramos muy acentuada en las creencias deidales. Pensemos en cuantas culturas creían en el Dios Sol y la Madre Tierra, o naturaleza, o Pachamama...llamenlo como deseen. El caso es que a menor escala, eso pasa en el día a día. Una pareja funciona por el equilibrio, por la compensación entre las virtudes y defectos del uno con los defectos y virtudes del otro. Una pareja funciona cuando encuentra ese punto exacto en el que los caracteres se atraen y se complementan. Y parece mentira hasta qué punto es cierto. Si uno es lanzado el otro tiene que ser menos, si uno es paciente el otro más impaciente, si uno es vago, el otro activo...quizás hasta influya que uno naciera en ocubre, en pleno otoño, y el otro en Abril, justo al inicio de la primavera... nunca se sabe. El caso es que sin equilibrio, las cosas no funcionan. Por eso quizás debamos seguir creyendo en la paridad, en la alternancia, en la democracia conyugal. Debemos de seguir creyendo en el Dios de la primavera y la Diosa del Otoño.


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